Visité Eslovaquia a finales de marzo, poco después de la declaración de la guerra de Ucrania. Fue éctico y monotemático, y, con Milos, no pudimos realizar más que algunos dibujos de refugiados, con toda la rabia y la tristeza.
Bien, y también acabamos haciendo algunos retratos desagradables de Putin, ese era el estado de ánimo, pero eso da por otra galería.