Visité Eslovaquia a finales de marzo del 22, poco después de la declaración de la guerra de Ucrania. Fue un viaje éctico y monotemático, y, con Milos, los primeros días en el taller no pudimos realizar más que algunos dibujos de refugiados, con toda la rabia y la tristeza.
Pasados los días acabamos haciendo algunos retratos desagradables de Putin, ese era el estado de ánimo.