Los últimos meses, con Miroir Noir, y después de un par de años de divertirnos y aflojarnos un poco con lo vegetal en las últimas series de flores y paisajes, hemos empezado una serie de desnudos.
Otra vez a nadar por las formas de cuerpo humano. Placer y dolor asegurados para el pintor.
Hemos usado papel de aguafuerte grueso, bien mojable, un material con el que no solemos trabajar. El papel es tan expresivo y da sensaciones tan diferentes que la tela. Como mínimo para nosotros, la tela es un campo de batalla donde nos enfrentamos con centenares de capas y pruebas superpuestas.
Cuando aleteas encima el papel, tienes que estar mucho más atento a las primeras etapas de expresividad, y ser más seguro y reflexivo con la pincelada, con el gesto o la mancha, que siempre amenazan con ser válidos tal cual. Incluso el lavado, que es una de nuestras maneras de resolver algunas situaciones pictóricas límite, se resuelve de una manera tan diferente y los trazos-espíritus restantes se revelan siempe de gran complejidad y belleza..